viernes, 22 de enero de 2016

Un nuevo continente

El día 30 embarcamos en Algeciras en el ferry de Inter Shipping con destino al nuevo puerto de Tánger Med.

Ya tenemos a nuestro Veck en la barriga del barco.


Una vez dentro, este fue el recibimiento. ¿Será un presagio? Esperemos que no.


Paseando por Tánger, recordando viejos tiempos. Conocimos esta ciudad hace más de 25 años y poco ha cambiado desde entonces. Sigue con ese sabor europeo en África.





Su pasado se remonta a los fenicios y sus tumbas dan fe de ello.



Es obligado tomar un té en el Hafa Café, famoso por la canción de Luis Eduardo Aute. Punto de encuentro de bohemios donde el que más y el que menos se fuma su "canutillo".



Celebramos el Fin de Año en el Restaurante La Posada del Hafa, un restaurante precioso. Pedimos ensalada marroquí como entrante y un pargo salvaje (una especie de besugo) a la brasa para los dos, ensalada de frutas de postre y dos tés. Acompañamos la cena con una “fresquita” agua con gas Oulmes, ya que el alcohol está prohibido.

El dueño tuvo el detalle de poner el canal de televisión tve1 para poder ver las campanadas desde la Puerta de Sol. Como no tenían uvas, nos obsequiaron con 12 gajos de mandarina para cada uno, que fue con las que acompañamos a las campanadas. El brindis fue con un té. En fin, una velada perfecta.




Os deseamos a todos un ¡Feliz 2016!


Llegamos a Assilah, un precioso pueblo costero, donde recibimos a los Reyes Magos.





















Pasamos un par de días en Moulay Bousselham. Un pueblecito con una laguna que utilizan las aves en sus migraciones. Flamencos, ostreros, espátulas, cormoranes,... se pueden ver en un paseo en barca que ofrecen los lugareños.

Nuestro campamento estaba justo al lado de la laguna. Un emplazamiento perfecto y vistas espectaculares.









Vecinos de campamento preparados para la aventura.







Unos berberechos que no estaban nada mal, a 20 Dirhams el kilo (Unos 2€)



El 9 de enero recibimos en el Aeropuerto de Rabat a María Jesús y a Mariano, dos amigos que van a compartir 10 días con nosotros.


No pudo empezar mejor el día que visitamos las ruinas de Volúbilis, los empleados del campamento nos dieron los buenos días obsequiándonos con un té que nos trajeron hasta la misma puerta de nuestro camión.


Visitamos Volúbilis el principal emplazamiento romano en Marruecos. Posee unos mosaicos bastante bien conservados.







Con nuestro guía.



La zona fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Volúbilis quedó en abandono en el Siglo XVIII, cuando el terremoto de Lisboa destruyó sus edificios y la ciudad fue saqueada para construir palacios en Meknes.









Poseía almazara para obtener aceite,



vomitorium para sus bacanales,


termas para el baño,



y hasta tenían prostibulum (detalle)


Intercambio cultural.


Nos dirigimos a Meknes, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, a través de numerosos viñedos que sólo se cultivan en esta parte del país, obteniendo un vino razonablemente bueno como el tinto Domaine Sahari Guerrouane.

Ya en Meknes aparcamos el camión cerca de la puerta Bab el-Mansour, que es la que da acceso a la Plaza el-Hedim, centro de la vida pública y cultural de la ciudad.




Aunque la norma ya no se aplica, son cinco los elementos entorno a los que gira la vida de cada barrio de las ciudades musulmanas, una mezquita, una fuente, un horno de pan, una escuela coránica y un hamman (baño público).






Una visita al zoco siempre resulta agradable


A continuación visitamos la tercera Ciudad Imperial, Fez. La ciudad se divide en tres zonas, Fez el-Bali, la zona antigua, dentro de las murallas, Fez el-Jedid, la zona nueva donde se encuentra la Mellah, el barrio judío y la Ville Nouvelle (Villa Nueva), la zona francesa en el noroeste de la ciudad. La Medina de Fez el-Bali, la mayor de las dos de la ciudad, es la mayor zona peatonal del mundo y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


La Puerta de Bab Bou Jeloud (Bab Boujloud) es el acceso principal a la Medina de Fez el-Bali.


Dentro te puedes encontrar de todo. El dentista.


los hiyab,


los kaftan,para ocasiones especiales,


hilos de seda para bordados,


el fogonero del hamman,


el tejedor,


también está el butanero, al más puro estilo tradicional.


Es impresionante lo estrecho de algunas callejuelas, hechas a la medida para que pase un burro.


Una curiosidad que nos llamó la atención, fueron las puertas con dos entradas y dos llamadores con diferentes sonidos, dependiendo de si llamaba una mujer (llamador de la puerta pequeña) o si llamaba un hombre (llamador de la puerta grande)


Preciosos los trabajos de artesonado.



Los caravanserai, son albergues o refugios destinados a las caravanas de comercio, de peregrinaje o militares durante un largo viaje de muchas jornadas, que ahora se dedican a otras actividades.



Para nosotros lo más auténtico de la ciudad son los curtidores, que aún siguen tratando las pieles como hace cientos de años, con excrementos de paloma. Se recomienda llevar dos hojitas de menta en la nariz para combatir el olor nauseabundo.





Dejamos la ciudad y camino de Merzouga paramos a comer en Ifrane, una estación invernal, llamada la suiza marroquí.


Y de aquí camino del desierto...

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