Arrancamos de nuevo

Cuando ya creemos que tenemos todo preparado para partir, me dirijo a la compañía de seguros con la que había confirmado un seguro por un mes y me encuentro con que el "sistema" sólo le permite hacer el seguro por un trimestre con un importe de seiscientos y pico Euros. Me parece una barbaridad porque sólo le voy a sacar rendimiento por un mes pues al salir de Marruecos este seguro no es válido.

Buceando por internet me encuentro con www.seguropormeses.com y por 85,17 € me hago un seguro por un mes y me ahorré una pasta.

Así que el día 17 de diciembre arrancamos rumbo a Asturias para despedirnos de Kike y Elena.

Nos recibieron, como era de esperar, con una fabada...

Dejamos Asturias y ponemos rumbo a Madrid con la intención de obtener el visado de la ENTENTE, un visado que, en principio, es válido para 5 países, Benín, Togo, Burkina Faso, Costa de Marfil y Níger.

Disfrutamos, una vez más, con los paisajes de la Cordillera Cantábrica, en esta época nevada.

El descenso hacia tierras de León es más suave.







Paramos a comer en el Mesón Ezequiel en Villamanín, en plena bajada del Puerto de Pajares. Aquí es donde se fabrican los embutidos del mismo nombre.

Este es el recibimiento. Da ganas de decir que anulen la comanda, que con esto es suficiente.



Teníamos ganas de tomar pote de verduras, pero no contábamos con la exageración de las raciones y de todos los "submarinos" que no eran verdura precisamente, sino piezas salidas de su fábrica. Como ya habíamos pedido chuletillas de cordero lechal, allí quedaron la mitad. ¡Son unos exagerados!



Anochecía cuando llegamos a Madrid y disfrutamos de las instalaciones hoteleras de la capital. Sabemos lo que nos espera en África...







Fuimos a dar una vuelta para ver la iluminación navideña de Madrid.







Al día siguiente fuimos a sacar el visado de la ENTENTE, y... ¡Voilà!



Ahora ponemos rumbo a Algeciras, pero pasaremos antes por Cádiz para saludar a nuestros amigos Pedro y Carla y su hija Carlotita.

Entramos en Gibraltar sin demasiados problemas con la intención de repostar los depósitos a tope, 383 litros a 0,721 €/litro.

Sin demasiados sobresaltos llegamos a Tánger a tiempo de celebrar la Nochebuena. Este es el restaurante que hemos elegido. El restaurante Rif Kebdani.







Celebramos el día de Navidad comiendo un tajine de sardinas en la terraza de un restaurante de la Plaza 9 de Abril.





Como siempre, aprovechamos para hacer unos arreglos en Marruecos. En este caso, un cinturón. ¡Son unos artistas!



Visitamos los restaurantes locales...



Después pusimos rumbo a Asilah, donde llegamos anocheciendo.

Nos alojamos en el Camping Echrigui, un camping que debió tener un pasado mejor, pero que actualmente está muy abandonado.

Por la noche conocimos a Álvaro, un portugués que vivía por el mundo con su mujer y dos niñas. Un tío majo que estaba dispuesto a ir a Senegal, pero al enterarse del precio del visado de Mauritania y teniendo en cuenta que eran 4 desistió de la idea.

A la mañana siguiente conocimos a Guille y Catherina, un par de uruguayos, que con sus dos hijos, Unay y Mitaí vivían en “El Carakol”, un vehículo con matrícula mejicana con el que recorrían lo que podían. Nos decían que Europa era cara y no les dejaban acampar donde querían y que África era peligrosa, ya que les habían robado a punta de navaja en el sur de Marruecos. Ahora su intención era regresar a Latinoamérica que es donde mejor estaban.

Podéis saber algo más de ellos en https://elcarakol.wordpress.com/



Continuamos tranquilamente por la carretera de la costa hasta llegar al anochecer a Essaouira. Nos alojamos en el camping Sidi Magdoul.



Paseito por la ciudad y haciendo pruebas con la nueva cámara Nikon D5500 con teleobjetivo AF-S NIKKOR 55-300 mm VR.















Después de mucho mirar reservamos mesa para fin de año en el Restaurante Le Mechouar.

A eso de las 21:00 horas llegamos al Restaurante Le Mechouar, donde nos recibieron con dos copas de champán y una rosa roja para Ermi.

El menú estaba compuesto de ostras gratinadas,



unos lomos de lenguado con gambas



y un rostbeef de ternera.



De postre un pastel de chocolate y para beber pedimos un Cabernet President que no estaba nada mal.



La cena estuvo amenizada por un trío marroquí tradicional que lo hizo francamente bien. También pudimos disfrutar de una bailarina haciendo la danza del vientre. Estaba rellenita pero lo hizo muy bien.





Desde este blog queremos desearos a todos un Feliz Año 2017.